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Antes de que la pedofilia saltase a la actualidad, y de que la opinión pública tomase conciencia de esa cruel y monstruosa realidad, Kalinka Bamberski vivía en Pechbusque, era una rubia jovencita, alta y delgada, la veíamos pasar por las calles y pasear por las laderas. Un triste día, fuimos a su entierro y nuestro pueblo cubrió su féretro de flores blancas, que se desbordaron en las tumbas vecinas. Atónitos, debíamos hacernos a la idea de que había muerto en Alemania, en casa de su padrastro, a consecuencia de una inyección que le había administrado para favorecer el bronceado.
Tiempo después, su padre André Bamberski recibió un inquietante informe de autopsia, de donde surgía la terrible versión de que su hija de 15 años podría haber sido violada y asesinada . El tiempo ha impuesto esta versión como verdadera. Más abajo, se puede leer el relato sucinto de los hechos.
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Nada podrá devolver la vida a Kalinka. El daño es irreparable. Por qué, entonces, André Bamberski se obstina todavía ?. Por qué deseamos ayudarle ?
Porque el asesino ha sido condenado, pero la pena nunca ha sido aplicada. Amparado por sólidas protecciones, el autor del mal se aprovecha de una impunidad que es en si misma una forma viviente de mal.
Es absolutamente necesario imponer la ley y poner fin a esa impunidad. El tiempo apremia, ya que dentro de cuatro años, en marzo del 2005, el delito prescribirá. Periodistas alemanes y franceses han trabajado, y trabajan, para dar a conocer la verdad, una verdad que algunos se han empeñado en esconder en la sombra. Los hechos han conmovido muchas conciencias: A. Bamberski ha lanzado una petición que recoge sus firmas, cada día más numerosas. La ayuda y el apoyo son preciosos, y puede que determinantes, por eso se ha creado la asociación Justicia para Kalinka. |
© Thibault STIPAL - www.thibaultstipal.com
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